Existe un indicador, llamado ‘Rentabilidad Bruta del alquiler’, que es el porcentaje que resulta de dividir la cuota anual del alquiler de la vivienda entre su precio de venta. En resumen, nos dice si merece o no merece la pena poner nuestro inmueble en alquiler.

Hoy por hoy, el sector residencial es la mejor inversión de bajo riesgo en España: ni los depósitos bancarios (0,3%), ni la Bolsa (-24,2%), ni los bonos del Estado (1,2%) ofrecen rentabilidades tan altas como las de la vivienda.

Según los datos del Banco de España, la rentabilidad del sector inmobiliario residencial asciende hasta el 8,3%, un porcentaje que resulta de la suma de la rentabilidad bruta que se puede obtener a través del alquiler (4,4%) y de la revalorización de la vivienda (3,9%).

El local comercial ofrece una rentabilidad bruta del 8,4%. Por su parte, las oficinas ofrecen un rendimiento del 7,4% y los garajes se han estabilizado en el 4,6%.

La vivienda se presenta como una interesante inversión por dos motivos: el primero, es que los precios de venta van al alza y el segundo, porque el mercado del alquiler está en plena expansión. Por otro lado, el tipo de inversor actual ha cambiado respecto al que predominaba durante el boom inmobiliario. Ya no compra para vender a corto plazo y más caro, es decir, para especular. Ahora el inversor compra viviendas para ponerlas en alquiler y obtener una rentabilidad mensual estable. Otro factor que está incentivando a las personas que tienen ahorros a comprar una vivienda como forma de inversión es que, hoy por hoy, se pueden encontrar hipotecas “low cost” con un tipo de interés fijo muy bajo (entre el 1,5 y el 2%).

Es decir, que invertir en vivienda está al alcance de pequeños ahorradores y en el actual contexto financiero, incluso les compensa pedir una hipoteca para adquirir esa vivienda, si le van a sacar rentabilidad mediante el alquiler.